Jazz

A mí me gusta tanto la música, que se me ocurrió que podía dibujar el jazz, el sonido. A través de todo este tiempo de usar el lápiz, se me ha soltado la mano y como el jazz es improvisación, creo que la puedo improvisar también escuchando la música, dibujándola.

Entrevista realizada por María Eugenia Meza.
Revista Ercilla, 28 de marzo 1984

 

Herrera amaba la música, para crear escuchaba jazz y música clásica. A partir de la década de los ochenta aparecen sus Series sobre el jazz, en donde escogía un tema específico que era interpretado y plasmado a través de una línea expresiva y suelta sobre el soporte, mayoritariamente en papel. Se aprecia una faceta distinta en cuanto al estilo, ya que de lo figurativo y decorativo da paso a la exploración del lenguaje abstracto y visceral.

Héctor Herrera nos sume en un mundo sinestésico: pinta y dibuja la música. Utiliza pasteles, crayones, témperas, carbones y pinta el jazz, plasmándolo en trazos venidos directamente desde el pathos de la música de Billy Evan, de Coltrane, Chick Corea, Duke Ellington y Miles Davis. Lo mismo hará con algunas piezas de música clásica y el recuerdo de ciudades como Salvador de Bahía, São Paulo o el Paseo Ahumada en sus horas caóticas, o con situaciones que lo estremecen como un homenaje abstracto, sombrío y doloroso a su amigo Rafael Ampuero tras su muerte. Pero es el jazz lo que configura la serie más extensa, en número y temporalidad. Es una obra original, de estilo propio, salida de una mente compleja. Una obra decidida, con márgenes definidos, títulos y anotaciones referentes al tema plasmado.

La selección presentada se encuentra íntegramente en el Archivo Héctor Herrera.