Telas

A Héctor Herrera lo conocí en un taller de estampados en 1953. Me sorprendió su talento, he seguido muy de cerca su desarrollo, producto de su infatigable trabajo; lo he visto manejar un gigantesco bolígrafo inventado por él mismo, es cañería de cobre que termina en rodamiento de auto, que patina como campeón de esquí por la tela virgen clavada sobre su mesa. Allí nacían pájaras embarazadas por aves del paraíso, gorriones desdichados, enjaulados por enamorados o árboles cargados de caquis, invadidos por cuervos negros. No hay espacios vacíos, el todo compacto hábilmente compuesto, nos da una visión del paraíso antes del pecado original.

Nemesio Antúnez
Presentación libro Historias de Altomé, 1987

 

Herrera pintaba sobre tela, explorando temáticas inspiradas en sus vivencias personales, las que lo llevaron a desarrollar un imaginario propio, muy particular y fácilmente reconocible. En sus telas abundan la fauna y flora silvestre, destacando los pájaros y peces como figura central. En muchas de las obras se pueden observar formas continentes: un pájaro dentro de otro o bien un pez que contiene pájaros y luego este contiene otros pájaros, todo decorado con pequeños detalles que arman composiciones armónicas abarcando el formato completo, haciendo desaparecer figura y fondo, para conformar un mismo plano. También se encuentran figuras basadas en la iconografía popular como vírgenes inspiradas en la alfarería de Quinchamalí o el buque manicero.

Utilizaba como soporte lino o cáñamo que pintaba con anilinas textiles, las que importaba desde Europa. En los registros documentales y materiales encontrados en su taller se han identificado las marcas Indantren, Citazolos y Bayer, junto con otros químicos como ácidos, caucho y sodas. Tras un cuidadoso proceso de experimentación Herrera se convirtió en un experto en la aplicación de la tintura, logrando colores precisos e intensos que han permitido una adecuada conservación de sus obras hasta hoy.

El proceso de ejecución, se componía de varios pasos. Primero clavaba la tela sobre el mesón de trabajo. Luego delineaba con pincel y tinta negra los bordes de las figuras. Una vez seco pintaba con anilinas a través de un ‘bolígrafo’ compuesto por una cañería de cobre y un rodamiento, artilugio que diseñó para que la tinta saliera homogénea.

Los formatos utilizados eran muy variados en tamaño y proporciones. Además de formatos más tradicionales, se han identificado telas marcadamente horizontales y verticales. La mayoría de las obras las pintaba para la venta en ferias o por encargo. Esto se traduce en que la colección de obras conservadas por la familia sea muy acotada. En esta sección se encuentran esas obras y algunas conservadas en colecciones particulares.