Historia del archivo
El Archivo Héctor Herrera surge como una iniciativa de la familia Herrera Sanhueza y la gestora cultural Sandra Gaete para poder estudiar y dar a conocer aspectos de la vida y obra del artista textil Héctor Herrera. A pesar de que Herrera cuenta con una amplia trayectoria, existía escasa información disponible en medios públicos y digitales, siendo su registro personal una fuente indispensable de información que contextualiza no solo su producción artística, sino también la de sus contemporáneos, especialmente los artesanos y el circuito que recorrió en el entorno del arte popular de la segunda mitad del siglo veinte.
El archivo se compone de documentos que Herrera guardó en su taller ubicado en su casa de calle Piscis, comuna de Lo Prado, desde 1968 hasta el cese de sus funciones como pintor en 1994, año en que sufre un ACV. El taller permaneció sin ser intervenido hasta el 2020, cuando se puso en venta la casa tras la muerte de su viuda.
En una primera intervención, en marzo de 2020, los hijos del artista entregan a Sandra una caja plástica de 60 litros con documentos seleccionados que provenían del taller. Los documentos consistían en catálogos, invitaciones, recortes de prensa y fotografías.
Luego de revisar el material, Sandra propone postular a un Fondart Regional para difundir el legado en la región del Biobío. Con este objetivo forma un equipo de trabajo junto a Paz Herrera como representante de la familia del artista; Pablo Orellana, investigador; Isidora Neira, archivera y Alejandra Villarroel, periodista. A pesar de no haber sido favorecidos con los fondos concursables, el equipo decide seguir adelante y programa para el 2021 una serie de actividades virtuales con comunidades locales de Concepción y Tomé, iniciando tempranamente actividades de difusión y mediación, mientras paralelamente se continuó con la organización del archivo.
En febrero de 2021 la casa de Herrera es vendida y por consiguiente fue necesario desocupar completamente el taller, tarea que realizaron Paz Herrera, Pablo Orellana y Sandra Gaete. En el proceso descubren que el archivo era más numeroso de lo entregado originalmente por la familia y suman al acervo 12 cajas de cartón de 30 litros cada una. Debido al nuevo volumen de documentos el archivo fue acogido y trasladado a la casa de los premios nacionales de Arte José Balmes y Gracia Barrios, en la comuna de Ñuñoa, donde Elisa Triviño, administradora del Archivo Balmes Barrios, facilitó una pieza para el trabajo del Archivo Héctor Herrera. Por otra parte, para mantener continuidad, la familia Herrera asignó fondos personales para el trabajo de tres profesionales durante seis meses. Isidora Neira pasó a apoyar el proyecto a través del Centro de Documentación de las Artes Visuales, donde comenzó a trabajar como referencista; en su lugar asumió como investigadora del archivo Catalina Iglesias.
El 2021 se postuló nuevamente a un Fondart, esta vez a nivel nacional, cuyo foco era difundir el legado de Herrera en una página web a partir de lo investigado en el archivo. Esta vez sí se obtuvieron los recursos y se trabajó con este objetivo durante el 2022.
Al equipo se sumaron Paulo Avilés, audiovisualista, y Olivia Guash, investigadora. Además, en mayo de 2022 el archivo fue invitado por el Área de Artesanía del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a realizar una exposición y talleres en el marco del Día de los Patrimonios. La actividad se realizó con gran éxito a fines de mayo en el Museo de Artes Decorativas; muchos de los asistentes aún recuerdan la obra de Herrera e incluso tienen telas o tarjetas del artista, lo cual abre un nuevo marco exploratorio para investigación y futuras actividades.
Actualmente el archivo está siendo sistematizado por el equipo y digitalizado en la Fundación Nemesio Antúnez con la asistencia técnica de Mailen Jorquera.
Se ha mantenido una difusión constante en redes sociales para dar cuenta de los avances del archivo y se está realizado un trabajo de mediación con las comunidades escolares tomecinas a partir del libro Historias de Altomé, dirigido por Alejandra Villarroel.
Hasta la fecha hemos establecido alianzas con instituciones y personas ligadas a la trayectoria de Herrera, entre las que destacan: Fundación Nemesio Antúnez, Archivo Balmes Barrios, Programa de Artesanía PUC, Área de Artesanía MINCAP, GAM, Universidad de Concepción, Centro Cultural de Tomé, CEDOC, Fundación Pablo Neruda, Chilearte Legados, Museo de Artes Decorativas, Alicia Cáceres, Marta Rebora, Sara Costa, Darwin Rodríguez, Américo Caamaño, Santiago Espinoza y Esteban Sánchez.
Características del archivo
Héctor Herrera guardó una serie de documentos en su taller, una pieza de nueve metros cuadrados ubicada en el patio trasero de su casa de calle Piscis. Los documentos datan de entre 1944 y 1994, año en que sufre un ACV que lo imposibilita de seguir pintando.
Los documentos estuvieron sin ser reorganizados hasta el 2020, en que se pone en venta la casa y los documentos pasan a formar parte del Archivo Héctor Herrera. En el archivo destacan documentos relacionados con exposiciones, tales como catálogos, invitaciones y afiches; documentos sobre las ferias de artesanía; prensa; correspondencia; fotografías, más su biblioteca personal. En cuanto a su trabajo artístico, se encuentran bocetos; tarjetas que comercializaba en las ferias y los clichés con los que las realizaba; y obras relacionadas con la música, principalmente el jazz.
En el sitio web es posible revisar una selección de documentos que conforman una muestra representativa de lo que es el Archivo Héctor Herrera. La selección se realizó con un criterio de difusión masiva a un público general, enfatizando un carácter narrativo y contextual.